lunes, 10 de diciembre de 2007

Mototaxis: más que una solución, un problema

La inseguridad vial y personal, la incomodidad,
el índice cada vez más alto de accidentes
de transito por causa de motos, la violación
a la normativa venezolana en la materia
son las principales razones que conducen
a no considerar la moto un vehículo de
transporte público.



Caracas es una ciudad sobrepoblada, su tráfico lo demuestra. Hoy en día, intentar recorrer una distancia no menor de 10 kilómetros en media hora representa una utopía, un ideal que pocos tienen la suerte de alcanzar y, que durante las conocidas ‘horas pico’, se convierte en un imposible. Con el pasar de los años la situación empeora, pues según un estudio de la Alcadía de Baruta solamente con los 70.000 carros nuevos que registró la zona metropolitana en el año 2006, se podría hacer una fila de éstos desde la salida de Caracas hasta llegar a la ciudad de Puerto La Cruz, en el estado Anzoátegui.
Aunado a ello, según el Director de Transporte y Vialidad de la Alcaldía de Baruta, Matías Ramírez, el Metro de Caracas ya no está en capacidad de atender a toda la demanda y la vialidad caraqueña, en su mayoría está creada para la comodidad de los vehículos pequeños, lo que produce que los autobuses de transporte público se queden atrapados en la congestión. Es muy probable que sobre tal situación se sostiene el éxito de un medio de transporte público alternativo como el mototaxi; una opción muy viable cuando de acortar distancias en poco tiempo se trata. Para muchos puede representar una solución al caos vehicular de Caracas, pero para muchos otros constituye un gran problema.

Alternativa fuera de norma
En Caracas desde hace aproximadamente 3 años, cada vez con más frecuencia, ha venido surgiendo y desarrollándose el fenómeno de los mototaxis. Fenómeno no contemplado dentro de la Ley y el Reglamento de Transporte y Tránsito Terrestre vigentes. Pues en el artículo 12 de este último establece la clasificación de tal vehículo según la modalidad de uso, pero no menciona el servicio público como una de ellas.
De acuerdo a un informe del Departamento de Estadísticas de la División de Operaciones del Cuerpo Técnico de Vigilancia del Tránsito y Transporte Terreste (CTVTTT), el artículo mencionado anteriormente no es el único que violan los conductores de motos, pues durante varios operativos realizados en el área Metropolitana alrededor de dos semanas se registraron 246 infracciones por no usar casco y 57 choferes de motos no tenían placas. Lo que indica que lo que establece el Reglamento con respecto a la identificación y circulación (arts. 164,165,166,167) también es obviado por la mayoría de motorizados, entre quienes los mototaxistas no representan la excepción.

Seguridad vial y personal
Tales violaciones a la ley traen consecuencias muchos más graves que una simple sanción. Pues, según la Organización Mundial de la Salud los usuarios de la vía pública en mayor situación de vulnerabilidad son -en orden- los peatones, los ciclistas y los conductores de motocicletas, si aunado a ello, quienes circulan en moto olvidan utilizar cascos, el nivel de vulnerabilidad es mucho mayor.
Según, un estudio efectuado en 2003 por el Consejo Europeo de Seguridad Vial, el riesgo de perder la vida de un motociclista es 20 veces mayor que en una persona que se desplace en automóvil. Probablemente las estadísticas de CTVTTT lo ratifican. De acuerdo a las mismas, el año 2004 dejó un total de 3.150 accidentes, de los que 1.462 acarrearon daños materiales y 1.503 arrojaron lesionados. Sólo ese año murieron 185 personas por accidentes causados por motos. Hasta el primer semestre del año siguiente, 2005, se habían registrado 2280 siniestros causados por motos, en calles, avenidas y autopistas. 216, entre las autopistas: Francisco Fajardo, Prados del Este y Cota Mil, muertos se habían contabilizado 27. De esta manera, Venezuela ocupa el tercer lugar, a nivel mundial, en los países con mayor tasa de mortalidad por accidentes viales y el primero en América Latina.
Bajo la óptica de Geraldine Fuemayor, urbanista con maestría en transporte urbano y profesora del Postgrado de Planificación y Transporte del Instituto de Urbanismo adscrito a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela, “existe la tendencia en quienes van manejando una moto de sentir que no hay obstáculos que los detenga, siente que no tienen porque seguir las señales de tránsito. Ellos se manejan como en sus propios códigos: si ven que el semáforo está en rojo pero se pueden meter entre dos carros, lo hacen; se adelantan por la derecha; no respetan los canales de circulación y van a altísima velocidad, lo que, además de ilegal, agrava las lesiones en caso de accidentes.”
Igualmente, la licenciada Imara Dania, Jefa de División de Planificación del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTTT), considera que el art. 12 de la Ley de Transito y Transporte Terrestre, el cual reza “La prestación del servicio de transporte terrestre se ajustará a los principios de comodidad, calidad, eficiencia y seguridad para el usuario” es violado por la mayoría de los mototaxistas. Pues, según la funcionaria, más allá de que la modalidad se ha convertido en un medio para cometer delitos, robos, atracos, asesinatos, no poseen seguro de responsabilidad civil que ampare a los pasajeros que trasladan.
“Condiciones climáticas, el sol y la lluvia; los huecos, los objetos que caen de los edificios y que pueden provocar fácilmente volcamientos” son algunos de los factores que, según la urbanista Fuemayor, constituyen la vulnerabilidad a la que se expone todo el que anda en moto.
Pero no sólo el que anda en moto se ve afectado por este fenómeno sino también los peatones, debido a que, de acuerdo al urbanista Ramírez, muchos mototaxistas se han situado en la calzada de las calles, interrumpiendo tanto la circulación vehicular como peatonal y violando el art. 274 de la Ley de Transito y Transporte Terrestre que establece: “la parada o estacionamiento deberá efectuarse de tal manera que el vehículo no obstaculice la circulación ni constituya para el reto de los usuarios de la vía, cuidando especialmente la colocación del mismo y el evitar que pueda ponerse en movimiento en ausencia del conductor”.
Asimismo, la urbanista Fuemayor, señala que existe la posibilidad de generar problemas de salud pública, pues se emplea un mismo casco para muchas personas. “Hay que decirlo, no se sabe si la otra persona tenía piojos o si a través de la sudoración se puede transmitir alguna infección”, puntualizó.

Competencia del servicio con el transporte público
A través de la perspectiva de Ramírez, los mototaxis constituyen una competencia desleal para el mercado formal, ya establecido: los taxistas y los conductores de servicio por puestos. “Nunca un carro cuesta igual que una moto ni tampoco su mantenimiento es igual, así sólo se va quemando la oportunidad de negocio y el mercado formal, al mismo tiempo que se alimenta el informal, luego no van a saber que hacer. Lo mismo que pasó con los buhoneros va a pasar con el sistema de transporte. Muchas personas van a desistir del mercado formal para irse al informal y se va a degradar la calidad del servicio formal”, puntualizó.

Falta de capacitación

Una de las causas que ha desencadenado el alto índice de accidentalidad de motos, bajo la mirada de Fuemayor, es la falta de capacitación y preparación frente a la conducción de este vehículo, pues ha sido operado incluso en la mayoría de las veces por menores de edad.
Pero la falta de capacitación, de acuerdo al director de Transporte y Vialidad de Baruta, no siempre viene dada por quien maneja, pues señala “ no es lo mismo un parrillero experto, a una señora que está apurada y va para el trabajo. Nunca tienen el mismo nivel de maniobra”.

Posibles soluciones
El primer panorama que se vislumbra es la reglamentación, pues se entiende que existen personas cuya fuente de trabajo es esta, pero si no acatan ciertas normas y leyes hasta su propia seguridad es la que se pone en juego al momento de trabajar. Para Ramírez reglamentar el uso de los mototaxis no es la mejor salida del problema, pues considera que significaría un servicio de transporte público de baja calidad como el que está actualmente. Por ello, el Director de Transporte y Vialidad de la Alcaldía de Baruta, así como también la urbanista Fuemayor, coinciden al considerar como la mejor opción, la creación de mejores infraestructuras, construcciones que permitan disminuir el caos en la vialidad caraqueña, como por ejemplo, extender las redes de metro, mejorar las tecnologías de tránsito, aplicar sanciones severas en contra de las maniobras que violan la norma y no permitir que los sistemas anárquicos bajen el nivel de servicio de transporte que se tiene hoy.
“Desde el momento en el que se les deja operar, se esta permitiendo que crean que pueden hacerlo. Para mí, es un problema de falta de autoridad. De alguien que les diga ‘esto no lo puedes hacer. Si quieres puedes organizarte y prestar servicios de encomiendas que tan demandado está’”, aseguró la magíster en Transporte y Vialidad.
Siguiendo la misma línea, Ramírez subrayó: “En el corto plazo, los mototaxis se ven como una solución pero personalmente los considero una involución del sistema de transporte que a largo plazo solo traerá mayores problemas”.
Finalmente, como reflexiona el Director de Transporte y Vialidad de la Alcaldía de Baruta, “son las deficiencias del sistema actual lo que le da cabida a esa nueva modalidad. El tema del transporte en Venezuela ha sido muy descuidado, todos los políticos lo ven como desarrollo de empleo, pero es un servicio tan necesario como cualquier otro”. Por tanto, vale la pena preguntarse, ¿Qué resulta preferible arriesgar tu vida por llegar rápido o trasladarte sin rapidez pero seguro, con calidad y comodidad?

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